Leyenda de Doña Marthita, la cocinera oaxaqueña que conquistaba corazones

Cuenta la leyenda que una cocinera oaxaqueña, cautivaba corazones con su excepcional sazón y, particularmente, con su incomparable mole negro, una mezcla secreta de ingredientes exquisitos y cuidadosamente seleccionados: chile pasilla, chile mulato, chile ancho, chocolate negro, almendras, cacahuetes, plátano macho, canela, clavo, pimienta, entre muchos otros.

 

Se dice que, esta cocinera, preparaba su mole con una devoción especial, y que cada ingrediente era tratado por ella con reverencia, ejecutando cada paso del proceso con maestría. Cuando alguien probaba su creación, quedaba hechizado por el sabor único y profundo de su platillo.

 

¿Qué cuál era el secreto? Se murmura que el ingrediente más importante que usaba era su gran corazón, lleno de amor y pasión por la cocina y por aquellos a quienes alimentaba y que percibían como un apapacho, el amor y la calidez que agregaba.

 

Aquellos que probaban su famoso mole negro, no sólo quedaban con el estómago lleno, sino también con el corazón repleto de amor y gratitud hacia Doña Marthita, la cocinera, y hacia la tierra que la vio nacer, Oaxaca.

 

Su historia se convirtió en una leyenda, recordando a todos que el verdadero arte de la cocina radica en el amor y la pasión que se le dedica.