Mi México, un país que canta; canta cuando ríe, canta cuando llora, canta cuando se enamora, canta cuando lo deja un gran amor y canta… ¡hasta para vender pan! ¿Quién no ha escuchado ese sabroso pregón en las calles de esta ciudad o en cualquier rincón de nuestra hermosa provincia? es un grito que le sale desde el fondo del corazón de nuestros panaderos y que llena de antojo nuestros paladares.
Pos estoy aquí una vez mas, su Rosita mexicana, para contarles otra de sus aventuras, si quieren conocerla ¡quién soy yo para negarme!
Comenzaré diciéndoles lo que para mí es un panadero: creo que además de tener los conocimientos, que en muchas ocasiones han sido herencia de sus antepasados, para hacer exquisitas mezclas de harina, huevo, levadura y tantos secretos que deben poseer; un panadero también es un artesano, pues con sus manos y su imaginación produce formas hermosas y deliciosas que son alimento de aquellos que gustan endulzar su paladar y sus vida con azúcar y trigo. No cabe duda que la mano de obra, la mano artesanal mexicana ¡Es única!
En esta ocasión nos remontaremos a cuando yo tenía 6 años, a esa edad era amiguera y comadrita de todo mi vecindario y pos como ya saben, siempre me gusto la cantada, cosas que combinaron a la perfección (más adelante entenderán el por qué) en mi amistad con Don Félix, vecino y dueño de la panadería del barrio. Vivía en Salvador Allende esquina con… Pos ya no me acuerdo bien, pero esa esquina era la culpable de todas las cinturitas de gallina de la colonia, jajajaja, porque nomas salía el aroma del pan recién sacado del horno y corríamos a saciar nuestros antojos, porque ¿cómo no salir a comprar pan calientito cuando el aroma en verdad era tentador?
Mientras tanto, en casa, era tan bonito despertar y saber que mi abue estaba en la cocina, seguramente preparándome un cafecito con leche, ese todavía no era tan negro ni tan caliente, como los que ahora me gustan, mmmm… ¡lo que me faltaba vivir pa’ saber como se toma un buen café! jajajaja. Siempre diré que haberme criado junto a la enagua de mi abuela fue de las cosas más hermosas que la vida y mi madre me regalaron. Era cosa de levantarme, lavar mi carita como pimpón y que mi madre me peinara con mis cacahuates, éste es un peinado raro que me hacía, pa’ que me entiendan, eran dos coletas, trenzadas y enrolladas, una de cada lado. Ya peinada y con mi café listo, era tiempo de hacer una visita rápida, ir corriendo hasta la esquina de la calle y entonces, lo mejor estaba por venir… El horno lleno de pan calientito, lo recuerdo perfectamente, era un horno rústico, hecho de ladrillo, lo calentaban previamente y cuando había alcanzado la temperatura ideal estaba listo para recibir los panes, ya todos formaditos en las tablas que los conducirían a sus entrañas. ¡Ay Don Félix! ¡Que recuerdos aquellos! Vienen a mi mente esas imágenes vivas de las conchas, los gusanos, las chilindrinas y en temporada, el pan de muerto o las roscas de reyes, realmente les digo que éste ha sido ¡el pan más sabroso que he probado en mi vida! ¿A poco no se les hace agua la boca nomás de imaginarselos?
Recuerdo la vidriera pequeña que tenía con vista a la calle, para que los que pasaban vieran esas charolas llenas de pan, la adornaba según la temporada, a veces con calaveritas o con los reyes magos, ¡que bonito es vivir esas tradiciones!
Desde tiempos prehispánicos nosotros, los mexicanos, ya teníamos como costumbre la elaboración de pan de maíz, eran un tipo de tortitas que se servían como ofrenda, también se hacían unas tortillas llamadas cocolli siii, seguramente vino a tu mente el nombre de los cocoles, panes que conocemos hoy en día y aquellos panes de amaranto y miel que se le ofrendaba a Tlaloc como agradecimiento después de levantar una buena cosecha, pero en realidad el pan que hoy disfrutamos es una deliciosa prueba de nuestro mestizaje, ya que el trigo que llego junto con los europeos se mezcló con nuestras coloridas costumbres, dando origen así a nuestra panadería tradicional, es decir, que el pan europeo llegó para quedarse, pero ahora lo hacemos muy a la mexicana… Jajaja.
Y hablando de muy mexicanas, permítanme seguirles contando que ésta servidora, sí, en ese entonces la pequeña Rosita, llegaba y entraba de prisa a la panadería, un pequeño negocio, sencillo y muy limpio, con sus charolas repletas de distintos panes ¡pura sabrosura! Recuerdo lo bonito que era ver como salían esas palas largas de madera, llenas de pan calientito, esos bolillos, tan nuestros. México es un país con enormes recursos, con una enorme biodiversidad, pero sin duda es el que cuenta con la mayor variedad de pan a nivel mundial ¿a caso, no lo sabían? Y que decir de los nombres tan divertidos que han dado origen a chistes y hasta canciones, nombres como: trenzas, calzones, chilindrina, cachetadas, regañadas, piedras, ladrillos, madalenas, gusanos, conchas, gendarmes, orejas, cuernos o que decir del ojo de buey, Uffff, seguramente habrá muchos que no mencioné y los tienen en la mente, pero eso no importa, porque seguro coinciden conmigo que hay para todos los gustos y que sin duda son ¡pura delicia! y no esa jalada de galletas oreo ni que nada, hagamos que en nuestra SUAVE PATRIA, hoy y siempre, SE VACIE EL SANTO OLOR DE LAS PANADERÍAS, como lo decía López Velarde.
Siempre fui pícara y le encontraba el modo a todo, nomás era cosa de comenzar a cantarle a mis amigos los panaderos aquella que decían «Paloma ¿de dónde vienes? -vengo de San Juan del Río, cobijame con tus alas que ya me muero de frío»… y entonces Don Félix llenaba mis pequeñas manos de esas conchas de chocolate, mmm…. calientitas, listas para comerse y ¿saben que era lo mejor? es que ¡eran gratis! jajaja, sí, un dulce y cálido regalo a mi canto. En ese entonces cambiaba mis rancheras por unas deliciosas conchas de chocolate o unos gusanitos de canela, eso es lo que conocemos como : GANARSE EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA… ¡Que bonito es ser una pequeña! ¡Que bonito esos tiempos en que los vecinos se saludaban al encontrarse en la calle! ¡Que bonito cuando no se dejan morir nuestras tradiciones! ¡Cuanta belleza existe en nuestro pueblo mexicano! Belleza que emana de sus mares, ríos, bosques, selvas; de esa tierra llena de colores y texturas que da su variada vegetación y no quiero dejar de mencionar sus costumbres y folklore de todos los rincones de este México lindo.
Ese folklore que hace que haya barrios tan alegres, dicharacheros, picosos e ingeniosos y por si lo dudan, hagamos memoria colectiva de unos cuantos refranes, surgidos de la sabiduría popular y que están relacionados con nuestro tema:
-Las penas con pan son buenas.
-Llamale al vino,vino, al pan, pan y todos te entenderán.
-El pan ajeno hace al hijo bueno.
-No sólo de pan vive el hombre.
-Luego que tu pan comí, no me acordé de ti.
Y no podía olvidar el conocido:
¿A qué hora sales por el pan?
O los bravos como:
-¿Quien fuera aguacatillo para embarrarlo en tu bolillo?
– ¡Adioooos, bizcocho!
-Donde hay hambre, no hay pan duro.
-A falta de pan, tortillas.
Pues ya compartí con ustedes parte de mi acervo cultural, heredado de mis amigos panaderos, mi amigo el de la peletería o de mis marchantas del mercado, todos y cada uno de ellos fueron escribiendo parte de éste léxico picoso con el que cuento, o ¿Acaso pensaban que lo aprendí así nomás? ¡Noooo¡ lo aprendí de mis vecinos, porque con mucho orgullo les digo que crecí en un barrio popular, esos lugares donde todo se vendía o se anunciaba con pregoneros y donde a la fecha aún se escuchan gritos como:
¡La basuraaaaaaa!
¡El paaaaaaaaan!
¡La lechiiiiiiiii!
Y los más modernos como:
Pidaaaa sus ricos y deliciosooos tamaleees oxaqueeeños, ayyyy tamaleees calientitooos!
¡Se compraaan colchones , lavadooooras ,reefrigeradooooores o fieerrooo viejooo que vendaaan!
¡Así crecí señores! entre pregones, canciones y ¡mucho sabor!
Sí señores, ¡se cantan bien las rancheras! ¡como antes!
¿Qué les parece, una ranchera por una concha … Jajaja, qué dicen, hacemos el trueque?
Y les dejo esta hermosa canción del maestro Chava Flores …
Hola!!! y yo te obedesco…. me gusta la musica regional mexicana (no se si es correcta la descripcion) mariachi, norteño, banda, versos costeños (decimas), etc y el hecho que como tu: talento joven siga interpretrando esta magnifica musica es maravilloso, una caricia para el oido y los sentimientos..
Mil gracias por pasar y dejar un comentario tan bonito ! Gracias a ti por disfrutar de nuestro México esta rosa mexicana nació para cantarte
Esooooo shingaus !!! Amemos nuestra tierra …todo lo hecho en México con honestidad transparencia y pasión está bien hecho !!!
Gracias por escribirme y compartir mis pasiones
Muy delicioso relato.
Uy mi Rossy! Con mi imaginación y tu talento de comunicar tu corazón a tu pulso y plasmar por escrito el sentir de tus membrasas. Me di un viajesote a esas épocas. Que hasta pude oler el bolillo.
Que bonito es poder observar el mundo a través de tus oídos. Porque tienes razón para todo tenemos canción! Yo tsmbien crecí escuchando esas tonadas y ahora escuchamos a los aspirantes políticos promocionarse y hacer propaganda con refritos de ritmos conocidos.
Déjame presumirte que yo también comía pan gratis de chico. Y te presumo aún más que los panaderos del ejército son muy talentosos. No tienen tanta variedad pero si mucha calidad. Yo no les cantaba, carezco de esa bendición de tener bien timbre de voz, esas son mis hermanas. Yo les contaba chistes o les cumplía retos. Hablando de canciones, también en el ejército no se marcha o corre sin que haya canciones. Canciones de patria, honor, lealtad, valor, que cuando no sólo eres mexicano sino que eres México, te erizan la piel. Y por supuesto! No podía faltar la picardía. Mexicana en las canciones. Como cuando pasaban a lado del capitán de la plana y cantaban "queme coma la ballena o que me coma el tiburón. Pero, ¡pinche capitán culero!"
Leer tanto de pan se me llena el antojo. Y te veo de misma forma. Con ese corazón crujiente y dulce como unas orejas, suave como una concha, picoso como un canelazo, tus mejillas chapeadas como unas coloradas, esos ojos que hipnotizan como bolillo recitn salido del horno. Y esos labios que nunca he probado pero han de ser tan adictivos como sopear unos cuernitos en café con leche endulzado con miel.
Que mira! Aunque parece no tengo OJO DE BUEY, y aunque a veces me merezco unos COCOLES por HOJALDRA, te digo desde adentro del CHICHARRON que por ti tomaría unos BARQUILLOS e iría tan rápido que no me verían el POLVORON para darte tu abrazo tan aCHAMPURRADA que parecería CHILINDRINA. No es CHAFALDRANA que te metes a mi CHIRIMOYA y me alborotas el CHIRINDOLFO. Y si me ves CUERNITOS, no es por diablito o cachudo es porque tu eres todo un BISZCICHO. DONAS ALEGRIAS y aún que te pones tus MOÑOS me traes bien PAN DE MUERTO, despejas mis NEBLINAS, te juro que no es CHURRO, ni me hago ROSCA, Pa que negarlo si me gustan tus TELERAS y lo guapa que te ves con tus TRENZAS, mejor dejo de andar de YOYO que me salgo de los RIELES. Mejor dame una REBANADA de tu amor y así peinarme alegremente el BIGOTE.
Te quiero mucho ritmo de mi corazón.
De la emoción me das alas para volar
Leerte y conocerte me da tanta emoción
Y con tus bellas palabras me siento acariciar