El Zacahuil, el rey de los tamales.

Introducción

La Huasteca, es una de las regiones de México, ya que cuenta con una serie de referencias culturales que la identifican de otras partes del país, en la actualidad geográficamente está integrada por fragmentos de los estados de Veracruz, Tamaulipas, Hidalgo, San Luis Potosí y pequeñas partes de Puebla y Querétaro, conformándose así desde la época prehispánica, según los hallazgos arqueológicos que se definen como huastecos, por ejemplo: asentamientos, cerámica y escultura.

Pero también existen otros símbolos de identidad huasteca como la cultura gastronómica; uno de los platillos más emblemáticos de esta región es el zacahuil, que como la mayoría de los tamales proviene de la época prehispánica.

El Zacahuil

Al zacahuil se le dice el rey de los tamales, o el tamal de los tamales y esto es debido a su gran tamaño, el cual varía, pero por lo regular suele medir entre un metro y dos. Puede pesar hasta 30 kilos y pueden comer de él hasta 100 personas.

Generalmente se prepara ritualmente para dos celebraciones, el Carnaval y el Xantolo, pero también se prepara para celebrar bodas, bautizos y otras fiestas, además de que en los mercados de casi todas las poblaciones huastecas puedes encontralo.

Se prepara con masa de maíz martajada a la cual se le agregan distintas variedades de chiles, esto dependerá de la población y la receta familiar, pero por lo general se usa chile ancho, chile seco, chile pasilla o chile guajillo; además como parte del recaudo se le agrega manteca, ajo, cebolla, canela, pimientas y otras especias. Actualmente se utiliza para el relleno carne de puerco y pollo, pero se cree que en la época prehispánica se utilizaban la carne de venado, armadillo, jabalí, víbora y algunas aves. Para la cocción, esta se realiza en un horno tradicional de barro, o se puede hacer un hoyo en la tierra como los de la barbacoa.

Dice la leyenda que el primer zacahuil se preparó de manera ceremonial con la carne de un conquistador mexica que había traído grandes desgracias y sometido a los huastecos bajo el yugo mexica. Comieron de este tamal aquellos a los que había afectado directamente, sobre todo las mujeres a las que había violado y de esta manera recuperaron su honra.

A pesar de la cruel leyenda que existe detrás de este platillo, no deja de ser delicioso y es una de las comidas mexicanas con mayor tradición y arraigo cultural.

Fuentes de consulta:

Lorenzo, Ochoa, Historia prehispánica de la Huaxteca, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Antropológicas, 1979.

Valle Ezquivel, Julieta. “Nahuas de la Huasteca”, Pueblos Indígenas del México contemporáneo, México, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, 2003.

Vela, Enrique. “El tamal entre los mexicas”, Arqueología Mexicana, México, Editorial Raíces, Especial núm 76.

Algunos datos curiosos de los tamales

Hoy les traigo algunos datos curiosos de uno de los platillos más tradicionales y queridos en el mundo y en nuestro México lindo !

«LOS TAMALES»

-En México existen más de 5000 variedades de tamales.

-Se pueden envolver en hojas de maíz o de plátano.

-Para el relleno se puede tener carne de pollo, guajolote, cerdo, res, pescado; también frijoles y distintos vegetales.

-Generalmente se cuecen al vapor, pero en algunas regiones los cocinan en horno.

-En casi todo el país se siguen preparando para rituales o celebraciones como el Día de Muertos o el Día de la Candelaria.

-Hay tamales en muchos países de Latinoamérica como Perú, Colombia, Argentina, Bolivia Guatemala, Belice y Chile.

-Los mexicas tenían tres tipos de tamales, lo comunes o de consumo diario como el Nacatamalli, el Necuhtamalli, o el Xocotamalli; los tamales de los Señores, como el Huauhquiltamalli, el Miyahuatamalli, o el Mexixquiltamalli; y por último, los tamales ceremoniales como el Atamalli, el Chalchiuhtamalli o el Tzatzapaltamalli.

#LaFandanguerita #RosaMexicana

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Fuentes de consulta:

Vela, Enrique. “El tamal entre los mexicas”, Arqueología Mexicana, México, Editorial Raíces, Especial núm 76.

Villela, Samuel. “El huauhtli sagrado. Los tamales tzoalli entre los nahuas de Guerrero”, Arqueología Mexicana, México, Editorial Raíes, núm. 138.

Algunos datos curiosos de los tamales

Y sigamos con esta fiesta de sabores y colores en nuestro paladar !!

Que viva México y sus sabores y ahora les traigo unos datos curiosos de uno de. nuestros platillos mexicanos consentidos

» LOS TAMALES »

-En México existen más de 5000 variedades de tamales.

-Se pueden envolver en hojas de maíz o de plátano.

-Para el relleno se puede tener carne de pollo, guajolote, cerdo, res, pescado; también frijoles y distintos vegetales.

-Generalmente se cuecen al vapor, pero en algunas regiones los cocinan en horno.

-En casi todo el país se siguen preparando para rituales o celebraciones como el Día de Muertos o el Día de la Candelaria.

-Hay tamales en muchos países de Latinoamérica como Perú, Colombia, Argentina, Bolivia Guatemala, Belice y Chile.

-Los mexicas tenían tres tipos de tamales, lo comunes o de consumo diario como el Nacatamalli, el Necuhtamalli, o el Xocotamalli; los tamales de los Señores, como el Huauhquiltamalli, el Miyahuatamalli, o el Mexixquiltamalli; y por último, los tamales ceremoniales como el Atamalli, el Chalchiuhtamalli o el Tzatzapaltamalli.

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Fuentes de consulta:

Vela, Enrique. “El tamal entre los mexicas”, Arqueología Mexicana, México, Editorial Raíces, Especial núm 76.

Villela, Samuel. “El huauhtli sagrado. Los tamales tzoalli entre los nahuas de Guerrero”, Arqueología Mexicana, México, Editorial Raíes, núm. 138.

Tradición, religión y cultura en Iztapalapa

Semblanza sobre la representación de la Pasión de Jesucristo.

La Semana Santa o Semana Mayor se arraigó en México de manera muy especial en cada estado de la república, de acuerdo con las creencias, religiosidad y costumbres. Para los católicos, una manera de honrar y agradecer a Jesucristo es mediante la representación de su pasión, muerte y resurrección. Sin duda la mayor representación de la Pasión de Jesucristo es la de Iztapalapa en la Ciudad de México.

La representación en Iztapalapa es la escenificación de ciertos pasajes de Jesucristo entre el domingo de ramos y el domingo de resurrección. Se estima que entre el elenco que conforma la representación, se encuentran 173 actores principales, 175 secundarios, más de 500 extras, 2 mil nazarenos, alrededor de mil romanos y más de 100 músicos. Los participantes deben ser originarios de la delegación y es organizada por el Comité Organizador de Semana Santa en Ixtapalapa.

En el 2010 esta tradición fue declarada Patrimonio Cultural de la Delegación Iztapalapa y en 2012 Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México.

En el siglo XIX, alrededor de 1833, una epidemia de cólera azotó Iztapalapa, por lo que una buena parte de la población había muerto. Una década después, en 1843, para dar gracias los habitantes de dicho lugar hicieron una procesión al santuario del señor de la Cuevita, una antigua escultura del Santo Entierro de Jesucristo, a quien le habían pedido que detuviera la epidemia y si se los cumplía, los devotos harían una representación de la pasión y muerte de Jesucristo.

Así, con cambios y adaptaciones sigue viva esta tradición y el pueblo de Iztapalapa sigue cumpliendo su promesa al señor de la Cuevita.

Esta costumbre es devoción, fe y espiritualidad que se puede sentir a cada momento; la pasión de Cristo también es reivindicación, y en ella algunos han encontrado la forma de enderezar el camino; pero, sobre todo es amor, amor a Iztapalapa, amor a su gente y amor a Dios.

Jorge Negrete y la construcción del Charro en el cine mexicano.

Introducción.

Desde los inicios del cine mexicano, una parte se enfocó a buscar una identidad mexicana. Dentro de la riqueza cultural de nuestro país, la figura del charro fue la elegida a nivel nacional para consolidad la idea de mexicanidad.

Como tal, el estereotipo del charro terminó por construirse durante los años treinta del siglo XX; un charro debía ser un hombre fuerte, cabal, valiente, leal, romántico, coqueto, buen cantante, tenía que saber tocar la guitarra, ser un excelente jinete y hábil en las labores del campo, traer pistola y sobre todo portar con gallardía la ropa de charro en cualquiera de sus variantes, ya fuera el traje de gala o la ropa para trabajar en el campo.

Ya desde inicios de la década de los años treinta hay una serie de películas del estilo campirano y ranchero en las que podemos apreciar los primeros intentos por consolidar la imagen del charro. Actores como Tito Guízar, Miguel Ángel Ferriz, Domingo Soler, Rafael Falcón, Emilio Fernández y Pedro Armendáriz, mostraron los primeros ejemplos de charros en el cine; pero fue hasta la llegada de Jorge Negrete que este género se consolidó y popularizó nacional e internacionalmente.

El Charro Cantor y el cine.

En el año de 1941 llegó a la pantalla grande una cinta que es fundamental para el cine mexicano: “¡Ay Jalisco no te rajes!”, película de Joselito Rodríguez; por un lado, catapultó la carrera de Jorge Negrete y por el otro hizo que el género ranchero se terminara de conformar, puliendo así la imagen del charro cantor.

Jorge ya había actuado en varias cintas como: La Valentina, Seda, sangre y sol, El cementerio de las águilas, entre otras. Sin embargo, no era un actor muy reconocido y fue hasta que filmó la ya mencionada cinta de Joselito Rodríguez en la que pudo construir mejor la personalidad del charro: un hombre valiente, orgulloso de su tierra y cantante alegre.

¡Ay Jalisco no te rajes!, tenía los elementos recurrentes en este tipo de cintas, las imágenes del bajío en este caso el estado de Jalisco, las escenas de comedia de los personajes secundarios, las alegorías del folklore, los palenques, las artesanías y las canciones rancheras.

Joselito Rodríguez decidió utilizar por título para la película una canción de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar que ya era cantada por la gran voz femenina del momento Lucha Reyes, quien también participó en la película.

Los números musicales de la película, su habilidad para montar a caballo (gracias a su instrucción militar), y su porte natural con el que lucía el traje de charro, fueron los elementos que le permitieron a Jorge Negrete colocarse como la figura del momento en el prototipo del charro mexicano. Así fue como se hizo del sobrenombre del Charro Cantor y el papel de El Ametralladora lo consolidó en la pantalla grande, curiosamente ese mismo personaje sería el que le daría el éxito rotundo a Pedro Infante.

A partir “¡Ay Jalisco no te rajes!”, fue que se comenzó a crear toda una nueva estructura del cine mexicano mediante la exaltación de lo que se consideraba mexicano: la canción ranchera, el tequila y el traje de charro.

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María del Carmen Aquino

#LaRosaMexicana

#RosyArango

Fuentes de consulta:

Jorge Negrete: Un charro de leyenda. Somos Uno, Núm 88, enero de 1994.

Jorge Negrete.(Grandes Mexicanos Ilustres) Ed. Dastin, Carlos Buraya, España, 2003.

Carreño King, Tania. “El charro: estereotipo nacional a través del cine 1920-1940”, México, UNAM, FFyL, tesis para obtener el título de licenciada, 1995.