Jorge Negrete y la construcción del Charro en el cine mexicano.

Introducción.

Desde los inicios del cine mexicano, una parte se enfocó a buscar una identidad mexicana. Dentro de la riqueza cultural de nuestro país, la figura del charro fue la elegida a nivel nacional para consolidad la idea de mexicanidad.

Como tal, el estereotipo del charro terminó por construirse durante los años treinta del siglo XX; un charro debía ser un hombre fuerte, cabal, valiente, leal, romántico, coqueto, buen cantante, tenía que saber tocar la guitarra, ser un excelente jinete y hábil en las labores del campo, traer pistola y sobre todo portar con gallardía la ropa de charro en cualquiera de sus variantes, ya fuera el traje de gala o la ropa para trabajar en el campo.

Ya desde inicios de la década de los años treinta hay una serie de películas del estilo campirano y ranchero en las que podemos apreciar los primeros intentos por consolidar la imagen del charro. Actores como Tito Guízar, Miguel Ángel Ferriz, Domingo Soler, Rafael Falcón, Emilio Fernández y Pedro Armendáriz, mostraron los primeros ejemplos de charros en el cine; pero fue hasta la llegada de Jorge Negrete que este género se consolidó y popularizó nacional e internacionalmente.

El Charro Cantor y el cine.

En el año de 1941 llegó a la pantalla grande una cinta que es fundamental para el cine mexicano: “¡Ay Jalisco no te rajes!”, película de Joselito Rodríguez; por un lado, catapultó la carrera de Jorge Negrete y por el otro hizo que el género ranchero se terminara de conformar, puliendo así la imagen del charro cantor.

Jorge ya había actuado en varias cintas como: La Valentina, Seda, sangre y sol, El cementerio de las águilas, entre otras. Sin embargo, no era un actor muy reconocido y fue hasta que filmó la ya mencionada cinta de Joselito Rodríguez en la que pudo construir mejor la personalidad del charro: un hombre valiente, orgulloso de su tierra y cantante alegre.

¡Ay Jalisco no te rajes!, tenía los elementos recurrentes en este tipo de cintas, las imágenes del bajío en este caso el estado de Jalisco, las escenas de comedia de los personajes secundarios, las alegorías del folklore, los palenques, las artesanías y las canciones rancheras.

Joselito Rodríguez decidió utilizar por título para la película una canción de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar que ya era cantada por la gran voz femenina del momento Lucha Reyes, quien también participó en la película.

Los números musicales de la película, su habilidad para montar a caballo (gracias a su instrucción militar), y su porte natural con el que lucía el traje de charro, fueron los elementos que le permitieron a Jorge Negrete colocarse como la figura del momento en el prototipo del charro mexicano. Así fue como se hizo del sobrenombre del Charro Cantor y el papel de El Ametralladora lo consolidó en la pantalla grande, curiosamente ese mismo personaje sería el que le daría el éxito rotundo a Pedro Infante.

A partir “¡Ay Jalisco no te rajes!”, fue que se comenzó a crear toda una nueva estructura del cine mexicano mediante la exaltación de lo que se consideraba mexicano: la canción ranchera, el tequila y el traje de charro.

#LaFandanguerita

María del Carmen Aquino

#LaRosaMexicana

#RosyArango

Fuentes de consulta:

Jorge Negrete: Un charro de leyenda. Somos Uno, Núm 88, enero de 1994.

Jorge Negrete.(Grandes Mexicanos Ilustres) Ed. Dastin, Carlos Buraya, España, 2003.

Carreño King, Tania. “El charro: estereotipo nacional a través del cine 1920-1940”, México, UNAM, FFyL, tesis para obtener el título de licenciada, 1995.