La historia musical de México no podría haberse escrito sin la obra del maestro Cuco Sánchez, el tamaulipeco que conquisto el corazón de varias generaciones con sus composiciones y su canto. Su legado ha trascendido hasta nuestros días y hoy es un referente de nuestra música.
Aquí comparto con ustedes una de sus más entrañables composiciones, dedicada a México.
¡México, bendito nombre!
¡Qué patria tan suave, qué tierra tan buena!
Si al pensar nomás que soy mexicano me hierve la sangre que llevo en las venas.
México: Yo no puedo decirte lo que otros poetas que te han ensalzado con frases muy bellas.
Lo mío, lo mío es más humilde porque no sé métrica; pero estas palabras que te estoy diciendo no podría medirlas ni aunque yo quisiera. ¡México, te quiero mucho! ¡México, bendito seas!
Cuando llegue el día en que yo me muera y por mala suerte quede en otra tierra: ¡tráiganme a mi México! ¡sea como sea! A esta linda patria de mujeres bellas, vestidas de chinas, tehuanas, rancheras y charros apuestos ¡hombres “de a deveras”!
Yo quiero quedarme en esta mi tierra que tiene su cielo cuajado de estrellas, y un sol y una luna que ya la quisieran para un día domingo «por ahí” otras tierras.
Lo que no quisiera: que mi caja fuera de esas de madera; sino un buen zarape, de esos de Saltillo, que mi cuerpo envuelva… y así, por encima, casi a flor de tierra, mis restos los dejan pa´ seguir sintiendo el calor ardiente del sol de mi tierra.
¡México, te quiero mucho! ¡México, bendito seas!
Agradecemos a su hija Alina Sánchez por su compañís en el cancionero y por las historias que nos contó.
Aquí lo pueden very escuchar.