Los 100 años de Rosario Castellanos: Voz que no se apaga

Hoy que se cumplen 100 años del nacimiento de Rosario Castellanos, quiero alzar mi voz “una voz que canta y se viste de rebozo” para honrar a una mujer que me enseñó a decir con firmeza lo que arde por dentro.

Desde que conocí su obra, Rosario se volvió para mí un eco cercano, una presencia que acompaña mis pasos como artista y mujer mexicana. Yo, que canto los colores de nuestra tierra, que defiendo con el pecho la raíz, me encontré en sus palabras la misma urgencia de no callar, de nombrar lo invisible, de hacer de lo cotidiano una trinchera de dignidad.

Ella escribió con una fuerza que desarma, con una verdad que no pide permiso. Y yo la leo como si escuchara un canto antiguo que viene desde Chiapas, desde la historia de las mujeres silenciadas, desde el temblor de una generación que aún palpita en las nuestras. Rosario es poesía que hiere y consuela, pensamiento que arde en los huesos de México.

Como cantante, la reconozco como una voz que no necesita melodía para ser música. Cada verso suyo es un canto de resistencia, un grito amoroso, una cátedra de humanidad. Ella, que no fue sumisa ni siquiera con sus propias sombras, me inspira a levantar mi voz no solo para cantar, sino para transformar.

Rosario Castellanos no ha muerto. Vive en cada mujer que se atreve a decir lo que piensa. Vive en cada escenario donde honramos nuestras raíces. Vive en mí, cada vez que entono un son, un huapango o una copla con el alma desnuda.

Gracias, Rosario, por enseñarnos que la palabra también es una forma de libertad. Hoy, a un siglo de tu nacimiento, tu voz sigue abriéndonos caminos. Y yo, desde mi trinchera musical, te celebro cantando más fuerte que nunca.

1 Comment

  1. Rosy Arango: te felicito por incursionar ahora en el ámbito de las columnas periodísticas. Te deseo toda clase de parabienes en tu nueva etapa como figura pública.

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