Batalla de Puebla. 5 de mayo de 1862.

Introducción.

Tras finalizar la guerra de reforma en 1861, Benito Juárez, entonces presidente de México, tuvo que enfrentarse a una serie de vicisitudes, entre ellas que el erario federal se encontraba prácticamente en la ruina. México tenía una deuda con España, Inglaterra y Francia adquirida años atrás y que se iba pagando poco a poco.

Juárez se vio obligado a tomar medidas extremas para tratar de subsanar las problemáticas económicas. Una de estas medidas fue el suspender el pago de la deuda externa. España, Francia e Inglaterra formaron una alianza tripartita para hacer efectivo el pago. Para marzo de 1862 había tropas de las tres naciones en nuestro país; el presidente Juárez logró negociar mediante los Preliminares de la Soledad, España e Inglaterra decidieron retirar sus tropas, pero cuando Francia se negó a hacerlo, decidieron romper la alianza que tenían con esta nación.

Francia decidió avanzar dentro del territorio mexicano, entrando por Puebla con la seguridad de que sus tropas eran las mejores del mundo y que los soldados mexicanos no serían un problema para ellos. Además, contaban con el apoyo del grupo conservador, quienes no habían perdido la esperanza de establecer en México un sistema monárquico. Así, aliados los franceses y los conservadores lograron su objetivo y establecieron el Segundo Imperio en México, pero al inicio de la intervención, el ejército francés sufrió una derrota significativa en Puebla que unió al pueblo mexicano contra el ejército enemigo.

La Batalla del 5 de mayo.

Después de que el ejército francés avanzara por el paso de Acultzingo el 2 de mayo, continuaron hacia Puebla y para el 3 mayo, el general Ignacio Zaragoza llegó a este lugar, dónde estableció su cuartel para preparar la defensa. El día 4 de mayo se le informó al general Zaragoza que además del ejército francés dirigido por el conde de Lorencez, venían también un grupo de conservadores a cargo del General Leonardo Márquez para apoyar a las tropas francesas.

El valeroso ejército mexicano que había sufrido varias bajas, con escasez de armamento y con el cansancio acumulado se preparó para defender Puebla. Tenían alrededor de 1200 hombres de artillería y alrededor de 3500 en infantería. Por un lado, en el ala derecha estaba al mando de las tropas oaxaqueñas al mando del general Porfirio Díaz; mientras que en el centro se encontraban los refuerzos que provenientes de San Luis Potosí y el Estado de México, estaban al mando los generales Felipe Berriozábal y Francisco Lamadrid; por el ala izquierda la Segunda División de Infantería comandada por el general Miguel Negrete. A la batalla se unieron grupos indígenas, entre ellos los indios zacapoaxtlas, quienes jugaron un papel fundamental en a victoria mexicana de ese día.

La batalla tuvo lugar hacia el mediodía, alrededor de las 9 de la mañana se comenzó a divisar al ejército francés y para las 11 inició el enfrentamiento el cual duró varias horas, terminando por fin hacia las 4 de la tarde. Fue una gran victoria para México y Benito Juárez en reconocimiento a la excelente estrategia del general Ignacio Zaragoza, renombró la ciudad de Puebla como Puebla de Zaragoza.

La actuación del ejército mexicano fue valiente y decidida, la estrategia de Ignacio Zaragoza y de todos los generales fue maravillosa, pero más allá de la excelente táctica militar es importante resaltar la unión de todos los mexicanos ese día.

El triunfo no hubiera sido posible de no estar todos unidos. La lección que nos deja para reflexionar la batalla de Puebla es que la unión hace la fuerza y que siempre que ha sido necesario los mexicanos y las mexicanas hemos dado la cara por nuestra bella nación.